La imagen funcional puede mejorar el diagnóstico, tratamiento y el resultado final (por ejemplo, la supervivencia) de los pacientes oncológicos. Los biomarcadores derivados de la imagen funcional pueden visualizar de manera no invasiva, valorar y cuantificar las características biológicas del cáncer con una amplia variedad de técnicas.
La RM funcional es muy atractiva ya que permite analizar en un mismo estudio distintas características de un tumor, tanto las estructurales como las funcionales. De esta manera, se puede obtener un fenotipo del cáncer en cuestión que puede utilizarse para detectar y caracterizar la enfermedad, así como para determinar su agresividad biológica.
Además, la habilidad para medir “en vivo” los cambios en la biología tumoral con la RM funcional durante el tratamiento crea una oportunidad única para identificar y seleccionar los tratamientos más adecuados y para tratar de forma individual la enfermedad de cada paciente.